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15 diciembre 2006

Ratones de laboratorio

Tomado de BBCMUNDO

Después de años de litigios, 167 deportistas de la extinta República Democrática Alemana (RDA) consiguieron ser indemnizados por la Asociación Olímpica Alemana, tras décadas de sufrir las consecuencias del programa de dopaje de la RDA.

En 1988 la lanzadora de bala de la entonces RDA, Birgit Böse, fue al ginecólogo; hace tiempo que intentaba tener un hijo y no lo conseguía. Las palabras del médico la dejaron aterrada, "me dijo que a pesar de tener 24 años, mis órganos de reproducción eran los de una niña de 11 años".

Nada le habían extrañado hasta entonces a la atleta de la Alemania comunista las dosis diarias de pastillas prescritas por el Servicio Médico Deportivo. "Instrumentos de apoyo" era el nombre oficial con el que se prescribía a todos los deportistas una colorida dosis de pastillas; supuestas vitaminas y minerales que Birgit Böse debió tomar desde sus 12 años.

La vicecampeona europea de voleibol de 1979 y vicecampeona olímpica de 1980, Katarina Bullin, lleva ya 12 operaciones en sus articulaciones. Los dolores que tiene ahora son tan intensos que sólo consigue calmarlos con morfina. Recién en el año 2002 consiguió ver sus actas en los archivos de la policía secreta de la RDA, la Stasi, y el origen de su destino.

Los médicos de la RDA sabían que la única forma de mantener activa a esta pieza esencial del seleccionado de voleibol, luego de dos serias lesiones en 1979, era a base de calmantes y anabólicos. Bullin siguió jugando mientras su cuerpo se sostenía a base de químicos prescritos por el Servicio Médico Deportivo y se desmoronaba silenciosamente.

Indemnización
El programa de dopaje de la RDA alcanzó a unos 1.000 deportistas de élite. Todos recibían sistemáticamente anabólicos y otros medicamentos para mejorar su rendimiento.

El atleta de la antigua Checoslovaquia Ota Zaremba, quien se llevó el oro olímpico en 1980, dijo que su salud también ha sido arruinada por los esteroides que consumió bajo el régimen comunista.

Como resultado, los cuerpos de muchos de ellos han sufrido serias transformaciones: mujeres con pelos en todo el cuerpo y profunda voz, hombres con pechos femeninos, todos con interminables problemas cardiacos, óseos, renales, musculares, cuerpos perfectos llevados a escombros.

Un tercio de esos deportistas de élite son ahora inválidos y viven de ayuda social. 167 de ellos serán indemnizados con unos 12 mil dólares cada uno como único pago hecho por el Comité Olímpico Alemán.

Los actuales propietarios del consorcio farmacéutico Jenapharm, que fabricaba los medicamentos para el dopaje en la RDA, decidieron que participarán voluntariamente en una indemnización para los ex deportistas.

La indemnización es seguramente modesta para esos centenares de vidas arruinadas en nombre del rendimiento deportivo, pero la mayoría están satisfechos de haber sido, tras decenas de años, reconocidos como víctimas. "Fuimos simplemente ratones de laboratorio", dijo la varias veces campeona mundial de natación Renate Vogel.

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