Marcelo Justo BBC Mundo, Londres |
Los conflictos entre religión y ciencia son de larga data.
Hoy en día, pasan por el lado de la investigación genética de células madre o de la inteligencia divina o el Big Bang como explicación del origen del universo, pero lo cierto es que hasta las peleas de antaño son una herida abierta.
En Roma, la prestigiosa universidad La Sapienza, fundada en el siglo 14, se encontraba en estado de rebelión contra el discurso que el Papa Benedicto XVI iba a pronunciar este jueves (ya canceló el viaje) para la inauguración del ciclo lectivo del 2008.
Unos 60 profesores escribieron una carta abierta diciendo que la visita del Papa los ofende y humilla.
Los profesores sacan a relucir un discurso del entonces cardenal Ratzinger en 1990 en el que defendía el juicio que la iglesia le hizo por herejía a Galileo Galilei.
En 1633, a raíz de este juicio, Galilei se vio obligado a confesar su error al afirmar que la tierra giraba en torno al sol.
Gracias a esta rectificación, Galilei pudo salvar su pellejo, pero estaba tan convencido de sus observaciones astronómicas, que no pudo dejar de agregar al final de su discurso ante la inquisición, que "e pur si muove", es decir, que dijeran lo que dijeran las escrituras, la tierra "se mueve".
Según los profesores de la universidad romana, el entonces cardinal Ratzinger dijo que el juicio de la inquisición contra el llamado "padre de la ciencia moderna", había sido racional y justo.
En el Vaticano respondieron que el Papa no había expresado su propio pensamiento sino que había citado a un filosofo austriaco.
Todo esto a pesar de que en 1992 el papa Juan Pablo segundo reconociera que la Iglesia se había equivocado con Galilei.
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