Las células del organismo humano traen consigo una fecha de término y un ciclo de vida y muerte que se repite constantemente. Pero cuando la naturaleza sufre mutaciones y un paciente hace un tumor cancerígeno, las células no sólo no fallecen, sino que se reproducen descontroladamente.
Después de 10 años de trabajo, un grupo de científicos del Instituto Westar, EE.UU., coronó su labor identificando la estructura completa de la telomerasa, enzima clave el desarrollo fetal de los humanos -ya que tiene una incidencia imperante en la reproducción celular-, pero que con el tiempo se va desactivando, ya que debe dejar a la célula que siga su ciclo vital.
Si bien ya se conocía de la existencia de esta enzima, los expertos no conocían su estructura exacta o datos como que, por ejemplo, su manera de relacionarse con el ADN de una célula es adoptando una forma de rosquilla. Eso es justamente lo que Emmanuel Skordalakes, investigador de Westar y principal autor del estudio, publicó en la revista Nature, aportando un salto fundamental en el proceso de la búsqueda de la cura contra el cáncer.
De hecho, la telomerasa es responsable por el surgimiento de nueve de cada 10 tipos de tumor, incluyendo el del cáncer de mama, por lo que una terapia que logre interferir con su acción es un objetivo vital. "Nuestro estudio es una poderosa herramienta para el diseño de fármacos. Por primera vez tenemos una herramienta de amplio espectro para buscar terapias para el cáncer", dijo al diario El Mundo.
DETRÁS DEL CÁNCER
Antes de desactivarse por completo -algo que ocurre en cada célula por separado- la telomerasa agrega fragmentos de ADN al cromosoma. Estos restos conforman el telómero, que se ubica en el extremo de la punta del cromosoma y que sirve para mantenerlo estable.
En una célula normal, dice Manuel Álvarez, director del Centro de Cáncer UC, la división de ésta va dando origen a otras. Sin embargo, la replicación que se da no es capaz de copiar toda la secuencia del telómero. Entonces, cada célula nueva que nace va teniendo un telómero más corto y con ello el cromosoma se hace más inestable, por lo que a medida que se desgasta, la célula llega a su fin.
Cuando hay un cáncer de por medio no ocurre lo mismo. Flavio Salazar, doctor en ciencias biomédicas y académico del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, señala que un tumor cancerígeno es capaz de activar la telomerasa y ésta, a su vez, de reparar el telómero, por lo que las células que componen un tumor no paran de reproducirse.
"Por ese motivo, el estudio es un avance muy importante", agrega Álvarez. Para el experto, conocer la estructura de la telomerasa implica conocer cómo ésta interactúa con el ADN "y abre la posibilidad a trabajar en desarrollar remedios para desactivar esta enzima" y, en un futuro, lograr estancar un cáncer.
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