| ||
Una sintaxis determinada, una forma de unir oraciones entre sí; el modo de suceder párrafos; por supuesto que las ideas de fondo y los temas que aborde, un tipo de personajes... todo hace al estilo de un escritor. Y, en todo esto, no es menor, aunque pueda parecerlo, la selección de las palabras que usa.
Que las palabras estén bien elegidas es determinante para que un escritor puede decir exactamente aquello que pretende. Toda la claridad y la contundencia del significado se asocian con esto. Los autores coinciden; expresa Voltaire, por ejemplo: "Una palabra mal colocada estropea el más bello pensamiento". Haciendo gala del mismo talento para elegir palabras que celebra en su frase, Twain, por su parte, definía: "La diferencia entre la palabra adecuada y la casi correcta es la misma que entre el rayo y la luciérnaga". Y así rogaba el poeta Juan Ramón Jiménez: "Inteligencia, dame el nombre exacto de las cosas". Sin duda, las palabras -las más pequeñas de las piezas con que se construye la literatura- influyen decisivamente en que el resultado final sea una prosa elegante, reveladora, memorable...
Boletín de LibrosEnRed Nº 146 27 de marzo de 2013
|
" No me deseches en el tiempo de la vejez;
Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares,
18 Aún en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares,hasta que anuncie tu poder a la posteridad,
y tu potencia a todos los que han de venir,
19 Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso.
Salmos 71.
28 marzo 2013
Elogio de la palabra precisa
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario