Apocalipsis 21:1-7Reina-Valera 1960 (RVR1960)
1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva;(A) porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
2 Y yo Juan vi la santa ciudad,(B) la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios,(C) dispuesta como una esposa ataviada para su marido.(D)
3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo,(E) y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte,(F) ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor;(G) porque las primeras cosas pasaron.
5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente(H) de la fuente del agua de la vida.
7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.(I)
Referencia cruzada:
- Apocalipsis 21:1 : Is. 65.17; 66.22; 2 P. 3.13.
- Apocalipsis 21:2 : Is. 52.1.
- Apocalipsis 21:2 : Ap. 3.12.
- Apocalipsis 21:2 : Is. 61.10.
- Apocalipsis 21:3 : Ez. 37.27.
- Apocalipsis 21:4 : Is. 25.8.
- Apocalipsis 21:4 : Is. 65.19.
- Apocalipsis 21:6 : Is. 55.1.
- Apocalipsis 21:7 : 2 S. 7.14; 1 Cr. 17.13.
Generalmente las lágrimas empañan nuestra visión, y perdemos el horizonte.
¡Que falta hace en esos momentos una amistad fraterna, un hombro donde poder reclinar, nuestra afiebrada cabeza!.
Piedad, fe , amor, se nos alejan, pensamos que estamos solo y abandonados.
Falsas ideas llegan, el que no tiene idea quiere ser consejero,
La pasión espiritual, se ha enfriado, y parece que estamos en un túnel sin salida, todo es oscuro al rededor.
En esos momentos es necesaria una palabra de aliento de un amig@, que se preocupe de nuestro dolor y ayude en la lucha de la recuperación.
Un amig@ es muy útil, pero sólo Cristo puede y va mas allá de nuestra lagrimas, y toca las profundidades del corazón.
Su consuelo nos sostiene en el diario vivir, en cada amanecer, hasta que llegue el momento de que EL mismo enjugue toda lagrima. v. 4.
CAMBIEN ENJUGA NUESTRA LÁGRIMAS.
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