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21 marzo 2008

¿Me Amas?

Viernes, día de crucificción y muerte de Jesús.
Marcos 15: 21-41; Mateo 27:32-56; Lucas 23:26-49; Juan 19:17-30
Cerca de las 1500 horas, nuestro Señor fue crucificado. La Cruz era un suplicio terrible, inventado por los fenicios y practicado por los romanos, para los bandoleros y bandidos de la peor calaña, no se podían ejecutar ciudadanos romanos.
Aparte del tormento, de estar clavado, bajo un sol inclemente, con sed, se hacía casi imposible respirar, era el estar desnudo expuesto a las miradas de todos, como el tormento debía ser lo mas fuerte, el aire estaba lleno de epítetos y maldiciones contra el Siervo Sufriente.
El Señor sabiendo esto, aceptó la orden del Padre y acudió a la cita con la muerte, para redimirnos ( volvernos a comprar, pagar el precio del rescate) .
En muchas partes este día es una jornada de dolor, de agradecimientos, de profunda reflexión.
Se calcula que cerca de cinco millones de compatriotas se movilizaran en estos días, ayer en la frontera con Argentina, una caravana de SIETE kilómetros, especialmente Mendocinos esperaba poder cruzar la cordillera.
Para muchos este es un tiempo de vacaciones, de divertimiento, de pantagruélicos manjares, de condumios. En aras de recogimiento, arrasan con las marisquerías. Los productos del mar, y limones se hacen escasos. El recogimiento se transforma en festín para unos, llenarse los bolsillos para otros.
Tiempo de reflexión para otros, en algunas partes tiempo de recogimiento, de preguntas.
¿Que pasará el Lunes? Todo espíritu de reflexión se guardará hasta el próximo año, la tranquilidad se habrá ido, volverán: empujones, bocinazos, gritos, y todo lo demás.
A prepararse para el otro año, mas de alguno víctima de algún exceso o imprudencia, habrá dejado este mundo. ¿Donde irá?
Las interrogantes sin fin.
Pienso en las PALABRAS DE JESÚS A PEDRO. ¿ME AMAS? Juan 21: 15-25.
A veces cuando mas ocupado está uno buscando inspiración, entra corriendo uno de los niños, pregunta ¿ME AMAS? y antes que alcancemos a decir si, ya ha desaparecido.
Nos conmueve y la molestia que ha surgido se disipa.
El Señor quiere escuchar de nosotros, SEÑOR, TE AMO.
Cuando pregunta a Pedro (v.15) no se satisfizo con un superficial: "CLARO, SEÑOR, SABES QUE SÍ" Respondió a su discípulo "PEDRO, SI ME AMAS, CUIDA A LOS QUE AMO" "PEDRO SI ME AMAS SÍGUEME"

Si el Señor entrase en estos momentos y te preguntara lo mismo: ¿QUE LE RESPONDERÍAS?
ESTARÍAS DISPUESTO A DECIR, LO QUE EL QUIERE ESCUCHAR:
"SI, SEÑOR , TE AMO.

DIOS BENDIGA TU VIDA, AMADO LECT@R.

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