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Si su piel está acartonada, opaca flácida y amarillenta. Si nota que sus articulaciones empiezan a rechinar, sus músculos aparecen abarrotados y su cuerpo le pesa. Además ve menos nítido que antes y debe usar anteojos para leer, si se siente depresivo, poco entusiasta, se le olvidan los teléfonos y los recados. Si se ha vuelto aprehensivo, poco audaz, poco alegre, le aburre todo, duerme poco y mal y se levanta cansado, esta cada vez más nervioso y las novedades lo preocupan, usted se enfrenta a una de las enfermedades más comunes del desarrollado mundo occidental: el estrés oxidativo (EO).
El estrés oxidativo, junto a la baja de las hormonas anabolizantes (que son las encargadas de mantener las funciones metabólicas generales) y la glicación proteica (desnaturalización de proteínas por unión con una molécula de azúcar), son las 3 causantes del envejecimiento e inciden negativamente en la calidad de vida tanto de los adultos como de quienes transitan por la tercera edad.
Una forma sencilla de describir esta patología es que su cuerpo se está oxidando por la basura biológica que durante años ha estado acumulando, porque "los basureros biológicos que todos tenemos están saturados. Tampoco pueden procesar radicales libres, óxidos y peróxidos que se acumulan, como en una ciudad en la que los recolectores de desperdicios se botan en huelga", explicó la endocrinóloga especializada en la Universidad de Chile, María Luisa Zura.
La especialista lleva más de una década estudiando el proceso de renovación tisular (Tissular Renewal), buscando elevar la calidad de vida de las personas para que efectivamente puedan tener una buena vejez y no sean víctimas del EO y las complicaciones que se originan a causa de él.
"Debido a los avances tecnológicos y médicos, el hombre occidental hoy tiene una expectativa de vida proyectada de 120 años, sin embargo, las nuevas enfermedades que se asocian al desarrollo de la civilización, impiden que los individuos se acerquen a esos rangos de longevidad. Por el contrario, la mayoría pasa una pésima vejez por secuelas de accidentes vasculares y cánceres, entre otras patologías, que tienen su origen en los procesos oxidativos", precisó la endocrinóloga.
ACUMULANDO BASURA
El estrés oxidativo (EO) es un proceso que acompaña al individuo desde su vida fetal y es propio de las funciones biológicas como la generación de energía, la síntesis proteica y la limpieza de los entornos celulares.
"En definitiva, todo lo que es de origen proteico se oxida o acumula moléculas de azúcar pegadas -glicación- y se deforma. El organismo enfrenta la oxidación, y la glicación reparando las proteínas dañadas. Para ello cuenta con una batería enzimática (peroxizomas) que intentan recuperarlas.
Cuando se es niño esa recuperación es más eficiente, pero al aumentar la edad esa capacidad recuperativa se reduce y provoca un superávit de proteínas oxidadas y glicadas en el cuerpo. Ese remanente se va acumulando en los intersticios (espacios) celulares" explicó la doctora Zura.
Agregó que al aumentar el cúmulo de basura biológica (toxinas, radicales libres, proteínas desnaturalizadas, etc.), el organismo se va quedando sin oxígeno y comienza a deteriorarse más rápido.
"Como este es un proceso natural no lo podemos suprimir, pero sí podemos evitar que se acreciente y que a los 70 nos sintamos como de 40 y no de 90. Para ello, es necesario realizarse un examen que indica el rango de estrés oxidativo que presenta el individuo, según su edad. Conocido el resultado, la persona debe, dependiendo si presenta un EO leve, moderado o alto, no sólo disminuir la ingesta de carbohidrato, la exposición al sol y la vida sedentaria, sino además someterse a una terapia hormonal y antioxidante específica", precisó la endocrinóloga.
El examen que mide el estrés oxidativo analiza 25 moléculas específicas y en Chile lo realiza el laboratorio Barnafi Krause Diagnóstica, que apoya integralmente la labor asistencial del Laboratorio Clínico en Chile.
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