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07 septiembre 2008

Reflexión Dominical

Cerca de donde vivo, una higuera que estaba muy fea y llena de infecciones, fue podada, casi no dejaron nada, ahora están brotando unas hermosas hojas verdes, firmes y sanas. Si un arbol tiene muchas hojas en sus ramas y pocas raíces, será de corta vida... si logra echar raíces firmes y profundas podrá resistir el viento, y las presiones a que pueda ser sometido.
Nosotros somos como los árboles: Necesitamos ser podados por el Espíritu Santo para ser sanos, debemos tener raíces firmes para aguantar los embates del enemigo y de los otros.
Parábola del Sembrador es un claro ejemplo de lo expuesto:
Mateo 13:5, 20-21

5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;

20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;

21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.

Las raíces no son bonitas en absoluto, pero ellas dan la fuerza, son la fuente de la fortaleza.

Nuestras raíces deben llegar a lo profundo del conocimiento de Dios Jeremías 9: 24. y nuestras vidas estar escondidas con Cristo. Colosenses 3:3. Solo así estaremos fuertes como un roble, resistiendo plagas, infecciones y rachas de viento, solo de esa manera podremos soportar los vientos de la adversidad.
Las raíces de la estabilidad vienen de estar cimentados en la Palabra.

FELIZ DÍA DEL SEÑOR.

1 comentario:

moche dijo...

nos hace falta una podada espirirual para que seamos un arbol con frandosas ramas , un troco que soporte toda dificultad y unas raices de sabiduria para que acompañado de nuestro señor jesucristo sigamos siempre adelante. muchas bendiciones