…y es peor porque es un desperdicio de energía, desenfocado de las causas y objetivos de lo que debiera mejorar.
Las señales del Gobierno de Chile en torno a la nueva Ley de Educación son poco esperanzadoras, parecen estar enfocadas a tranquilizar intereses gremiales varios y de seguro que los desafíos de fondo no los prioriza. Las noticias que copan los medios anuncian que se eliminará el lucro y la discriminación en la educación, como si esa fuera la fuente de la mala calidad de la educación. ¿Cuánto afecta a los resultados que un sostenedor lucre? Que no lucre no asegura mejores resultados. ¿A cuántos alumnos afecta la selección en los colegios “emblemáticos”? ¿Serán más de 10 entre los miles de colegios? Nada se escucha de exigir calidad y preparación a los profesores (recién evaluados ¡muy positivamente!) y nada se escucha de universalizar computadores y banda ancha en todos los colegios.
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Mi convencimiento es que no hay disposición a entrarle al gremio de los profesores (por táctica y por ideología) y que no existe entendimiento del rol de las tecnologías por parte de la burocracia que diseña las políticas. Se insiste en nivelar para abajo (eliminando la selección) pero no se aclara como mejorar en la masa. Lo primero es un hecho y lo segundo una mera intensión. Tampoco se escucha algo de cómo modernizarán la gestión y equipos del Ministerio de Educación.
En fin, mucha definición ideológica, señales que no distinguen a los sostenedores honestos y eficaces (sospechoso vapor ideológico), pero muy poco de cómo mejorará de verdad la calidad educacional. Ciertamente que no se mejorará con colegios controlados por organismos anquilosados como el Ministerio, ni enviando más libros que no se utilizan en los colegios y donde la diferencia la hace internet.
A veces parece injusto criticar los empeños del Gobierno cuando recién se anuncian y cuando han sido resultado de mucho esfuerzo, pero es justamente a eso a lo que está sujeta la autoridad, más todavía cuando el propósito de la crítica es que le vaya bien a un Gobierno que se siente propio. La esperanza que queda es que se trate de señales políticas para conformar a los actores con fuerza para avanzar con tranquilidad en lo que importa, veremos.
Nota editorial del sitio presidencia.cl: Damos un paso determinante en la historia de la educación en Chile. La Jefa de Estado firmó la nueva Ley General de Educación, normativa que establece que ningún establecimiento que reciba financiamiento público podrá discriminar a ningún alumno por razones familiares, económicas, religiosas o de otra índole. Asimismo, prohíbe la selección de alumnos para el ingreso a los establecimientos que reciben subvención estatal hasta octavo año básico. Se incorporan, además, mayores exigencias a los establecimientos que impartan educación y la creación del Consejo Nacional de Educación, integrado por académicos, profesionales, docentes y estudiantes de la más alta excelencia.
Una muestra de la mentalidad decimonónica: Consejo Nacional de Educación será “el organismo rector que sancione cuáles son los contenidos que la sociedad chilena quiere transmitir a las nuevas generaciones”. (nota del sitio presidencia.cl) Aquí está parte importante de la madre del cordero que no deja producir cambios a pesar de tanto empeño e inversión.
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Aquí nota del periódico estatal La Nación:
Lanacion
Proyecto de nueva Ley General de Educación promete revolucionar el sistema educativo chileno
Fin al lucro y a la selección hasta octavo año
El Ejecutivo intentará evitar utilidades en la educación básica y media subvencionada. Medida afecta directamente a los colegios particulares subvencionados los que atienden al 42% de los estudiantes del país. Mientras, la prohibición de seleccionar subió a dos años, lo que causó sorpresa en quienes presenciaron la firma del proyecto de ley.
Katerinne Pavez
Entre los setenta artículos de la nueva Ley General de Educación, el que de seguro traerá más polémica es el número 44: indica que los colegios deberán ser administrados por corporaciones sin fines de lucro. Esto afecta directamente a más de un 60% de la educación particular subvencionada, que ha hecho de la tenencia de colegios su fuente de ingresos.
La medida anunciada por la Presidenta Michelle Bachelet desató la discusión de inmediato: mientras los profesores y estudiantes celebraron, Rodrigo Bosch, presidente de la Corporación Nacional de Colegios Particulares (Conacep) la rechazó tajantemente. “Esto va en la línea incorrecta y es un cambio en las reglas del juego. Si un colegio tiene fines de lucro debe explicitarlo, no tratar de ocultarlo bajo la figura de corporaciones. Es un retroceso por el lado de la transparencia”. Aseguró además, que el hecho de ganar o no dinero con la educación no incide directamente en los resultados y que esto podría desincentivar “el acercamiento de recursos al sistema educativo”.
“En este tema es difícil hacerlo bien”, asegura quien fuera el presidente del Consejo Asesor, Juan Eduardo García Huidobro. “Ya tenemos una experiencia compleja en el sistema de educación superior, que es sin fines de lucro y todos vemos como se compran y se venden universidades”.
Para Dante Contreras, economista de la Universidad de Chile, es muy difícil determinar con cifras cuanto afectará esta ley -si se aprueba- a los colegios particulares subvencionados. Pero cree que lo más importante es el establecimiento de más deberes y responsabilidades para todos los actores del sistema. “No tengo problemas con el lucro siempre y cuando se entregue una educación de calidad”.
Su opinión coincide con el mayoritario respaldo al lucro que mostró la encuesta CEP de octubre del año pasado: un 70% de la población opinó que éste no es relevante si el resultado académico de los alumnos es bueno.
Vendo colegio
Aunque no hay estadísticas claras sobre cuan lucrativo puede llegar a ser instalar un colegio, sí hay casos emblemáticos. El año pasado se hicieron famosos los colegios Britania, cuyo sostenedor, Manuel Hidalgo Pérez, adeudaba varios meses de sueldo a sus profesores y mantenía sus establecimientos en situaciones precarias de infraestructura e higiene. Esto contrastaba con las comodidades en las que vivía: automóviles de lujo y departamentos en el barrio alto de Santiago.
En el discurso, nadie está de acuerdo con esta situación. Sin embargo, cada cierto tiempo aparecen casos sorprendentes: El año pasado, el académico de la Facultad de Educación de la Universidad de la Frontera, Guillermo Williamson, encontró un aviso en un periódico de circulación nacional: “Vendo colegio subvencionado, ingresos 20 millones mensuales. Utilidades, 11 millones. Rentabilidad de 33% anual, incluye propiedad”. A la luz de estos antecedentes, Williamson señala en su columna electrónica: “hay 9 millones de pesos mensuales que se reciben y no se reinvierten”. Y se pregunta “¿Cuánto dinero que el Estado entrega para ser invertido en mejoramiento de la calidad se integra a las ganancias de los sostenedores? En el establecimiento del anuncio, un 55% no se invertiría”.
Una discusión que desde hoy se traslada al Parlamento, donde el debate recién está comenzando. “En este tema no sabemos qué pasará finalmente en el Congreso. Puede que logremos un avance, por ejemplo, en otorgar algún beneficio extra a aquellos que se declaren sin fines de lucro”, concluye Juan Eduardo García Huidobro.
Las posturas en el debate sobre selección
El anuncio original indicaba que se prohibiría la selección de alumnos en escuelas con financiamiento estatal hasta sexto básico. Por eso, la ampliación hasta octavo año generó sorpresa en los más de 120 invitados a la firma del proyecto de nueva ley. La idea, según explicó la ministra de Educación, Yasna Provoste, es conectar esta iniciativa “con el proyecto de subvención preferencial, que es hasta octavo año, de manera que no existan discriminaciones a estos alumnos”.
Uno de los principales críticos de la selección, el ex presidente del Consejo Asesor, Juan Eduardo García Huidobro, celebró que “se haya avanzado unos tramos”, aunque sigue defendiendo el fin de la discriminación en todo el ciclo escolar.
Uno de los debates que abrirá esta propuesta es el futuro de los “liceos emblemáticos”, que seleccionan a sus alumnos en séptimo básico en base a pruebas de conocimiento y entrevistas personales. García Huidobro se inclina por el currículum ciego o mediante el sorteo de los cupos disponibles.
El proyecto establece que la incorporación de alumnos debe realizarse mediante un proceso público y transparente, que no podrá considerar la situación económica, étnica, religiosa ni social del postulante. También se pone en entredicho la selección por méritos académicos y se recomienda utilizar el antecedente de hermanos que estudien o padres que trabajen en el establecimiento o la proximidad geográfica entre el colegio y el hogar.
Sin embargo, esta idea no es del gusto de todos. Pablo Zalaquett, alcalde de La Florida y presidente de la comisión de Educación de la Asociación de Municipalidades, señala que primero medio es un buen momento para definir si un alumno es compatible con el proyecto educativo del colegio. “Si el joven no comulga con un proyecto es bueno que el colegio pueda elegir a quienes sí van a ser un aporte. No por unas pocas personas que van a distorsionar un proyecto educativo se va a echar a perder toda la comunidad escolar”.
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