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Desde la medianoche de ayer fue liberada, en los portales de internet de las universidades del Consejo de Rectores, la información con los puntajes obtenidos por quienes rindieron este año la PSU. Una mujer, Katalina Díaz Zamorano -del American Brithish School- fue la única en obtener el puntaje tope del test: 850 puntos en Lenguaje y Matemáticas. Tras ella, aparecen dos jóvenes con puntaje nacional en Lenguaje y 227 postulantes en matemáticas. Entre quienes se destacaron en los números está Jonathan Monsalve Reyes, ahora ex alumno del Instituto Nacional. Tiene 18 años, vive en La Pintana, y tras enterarse de su puntaje sólo atinó a decir: "esto es un sueño". No es para menos. Su padre es guardia de seguridad en un edificio y su mamá, cajera en un supermercado. "Somos una familia humilde, trabajamos para darle lo máximo a él", dijo emocionado el papá José Monsalve al enterarse del logro de su único hijo. El joven, consciente del salto social que puede dar su familia a través de él, dijo que quiere estudiar ingeniería en la Universidad de Chile. "Aunque no tengo ni computador", dice. Jonathan apoyó el movimiento de Los Pingüinos en 2006 y cree que la educación pública "debería ser el estandarte fundamental del Estado. Lo que se ha hecho es poco y del acuerdo para cambiar la LOCE creo que hay que ver para creer". Gemelos capos En el otro extremo de la ciudad, Cristóbal y Pedro Vicuña Illanes, del colegio Cumbres, de Las Condes, pasaron a la historia no sólo por su máximo en matemáticas, sino por ser los primeros gemelos en la historia en obtenerlo, ambos, un puntaje nacional. Son dos de siete hermanos. Su mamá es profesora y su padre, ingeniero comercial, la misma carrera a la que aspira Cristóbal, mientras Pedro prefiere Medicina. Ambos quieren estudiar en la UC. "Esta prueba es complicada. Yo me preparé con preuniversitario, porque puedo contratarlo, pero mucha gente no puede. Es la suerte de algunos estar donde estamos y es injusto que otros no lo tengan", dice y agrega que las brechas se pueden acortar y que el buen rendimiento "pasa mucho por los profesores y por la familia que esté detrás de uno", dice Pedro. Romina Andrea Jiménez Olivera, de 18 años, estudió en el Carmela Carvajal, su mamá es secretaria y su papá comerciante. Quiere seguir ingeniería civil en la UC. Fue sorprendida por LN con la noticia de su puntaje máximo en matemáticas. "La verdad, me lo esperaba, porque es capa para matemáticas, ella tenía seguridad que lo lograría", dijo su padre, Luis Jiménez, quien emocionado agregó que "es una oportunidad de ser algo más de lo que es uno, de salir y ser una profesional". Romina en tanto, dice que debiera haber mayor equidad en la educación. "Al final, prácticamente la única educación buena es la pagada y eso no puede ser". En regiones, Gonzalo Concha Garrido, de 18 años -que estudió en el Liceo Abate Molina A-8 de Talca- llevó la buena nueva a sus padres. También fue top en matemáticas. Ellos son enfermeros y él quiere estudiar Medicina. A su juicio, la valor docente es fundamental: "Hay un problema porque los profesores de liceos municipales no son bien evaluados ni estimulados, y eso influye, ya sea por los sueldos u otras cosas, mientras que en los pagados sí tienen incentivos". |
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