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06 julio 2008

Zarza Ardiente

Llamamiento de Moisés.
Éxodo 3: 1 Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios.

2 Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza;(A) y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.

3 Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.

4 Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: !!Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.

5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.

6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.

Que una zarza en el desierto arda, por combustión propia, no es novedad, si los es, "que arda y no se consuma" Y eso debe haberle llamado la atención a Moisés y fue a "curiosear".

En esa zarza ardiente escuchó la voz del Ángel de Jehová, El Señor mismo. "tierra santa es", Es lugar de adoración.

Esta experiencia personal experimentada por Moisés, cambió el destino de una Nación y el mundo.

Hoy nosotros no encontramos zarzas ardientes en nuestro caminar, pero podemos y debemos experimentar momentos espirituales de reflexión y respuestas personales para profundizar la relación con Dios.

En ese sentido, las experiencias se convierten en zarzas ardientes, en adoración.

La voz de Cristo se escuchó en la zarza, esta mima voz es posible oírla hoy en este mundo semi desquiciado. Jesús dice: "YO SOY EL CAMINO, Y LA VERDAD Y LA VIDA; NADIE VIENE AL PADRE, SINO POR MÍ" Juan 14: 6.

Muchos se preguntan: ¿PARA QUE NECESITO A CRISTO? ¿ACASO NO PUEDO LLEGAR YO A DIOS A MI MANERA?

La respuesta, como siempre, a TODAS las interrogantes, está en la Biblia. Romanos 3:23 (Reina-Valera 1960)

23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

Dios, en su inmenso amor dio a su Hijo para nuestra SALVACIÓN y SANTIFICACIÓN.

A lo mejor, estimado lector/a, usted en algún momento abrió su corazón a Cristo, pero algo le está ocurriendo. YA NO SIENTE ESA COMUNIÓN, PIENSA QUE LA VIDA CARECE DE TODO SIGNIFICADO. ACUDA A LA ZARZA ARDIENTE. VAYA AL LUGAR DE ADORACIÓN.

Podría ser: un pecado no confesado, o no estar obedeciendo a la voz de Dios.

Recupera esa comunión, mantenga su ZARZA ARDIENDO.

FELIZ DÍA DEL SEÑOR.



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